Lafuente y Zamalloa, Modesto

Famoso historiador, periodista y escritor satírico, que utilizó los pseudónimos de Fray Gerundio y Pelegrín de Tirabeque. Este último hace de lego de Fray Gerundio, aunque es en realidad su Sancho Panza. El primero representa a un fraile exclaustrado por la ley desamortizadora de Mendizábal, mientras que el personaje de Pelegrín de Tirabeque viene a ser  la opinión crítica del pueblo.

Modesto Lafuente era hijo de un médico de escasos recursos, de los llamados “médico de espuela” o itinerante, que servía a un conjunto de pequeños pueblos dispersos, natural del municipio palentino de Olea de Boedo, Su madre, de ascendencia vasca, era natural de Bilbao. Fue escolarizado en los agustinos de Cervera, continuando sus estudios eclesiásticos en el seminario de León, en el que recibió las órdenes de tonsura (1820). En 1823 el tonsurado Lafuente estaba domiciliado con su familia en Villavicencio de los Caballeros (Valladolid), en cuyo hospital trabajaba su padre.

De 1828 a 1829 Lafuente estuvo entre los seminarios de León y Astorga, sin llegar a terminar la carrera eclesiástica y con dudas respecto a seguir la carrera de Derecho en Santiago de Compostela. En 1831, cuando F. Torres y Amat, liberal moderado, fue nombrado obispo de Astorga, Lafuente ocupó el cargo de bibliotecario del seminario astorgano y se encargó de la cátedra de Filosofía, aunque seguía siendo sólo tonsurado.

A la muerte del rey Fernando VII (1833), Lafuente decidió definitivamente no ordenarse sacerdote y cambió la carrera eclesiástica por la política dentro de la corriente liberal progresista. En 1837 fundó en León el periódico Fray Gerundio, de corte satírico, que luego prosiguió en Madrid hasta 1849, con una interrupción entre 1843 y 1848, y que se hizo muy famoso en toda España y contribuyó eficazmente a la difusión de las ideas de libertad y progreso material y moral. En septiembre de 1837 fue nombrado oficial primero del gobierno civil de León y en 1838 conoció a gran editor Francisco de Paula Mellado, que le propuso y aceptó editar en Madrid el Fray Gerundio. En el verano de 1840 hizo un viaje por Europa, deteniéndose especialmente en Francia y Bélgica. En mayo de 1843 contrajo matrimonio con la hermana de su editor, la granadina María Concepción Mellado. Ya por entonces, y gracias a su actividad como escritor liberal, había alcanzado gran fama y una desahogada posición económica. El nombre de Modesto Lafuente se identificó con el personaje que había creado, Fray Gerundio, presentado como “enderezador universal de entuertos políticos”, y que sirvió de homenaje al personaje que había dado vida un siglo antes  el jesuita José Francisco de Isla (Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, 1758) y  cuya obra había sido prohibida por la Inquisición.

A partir de 1845 la pluma de Modesto Lafuente giró desde el popular estilo costumbrista hacia otro de carácter más literario y buscando especialmente una orientación que aunque fuese menos popular y leída fuera de mayor contenido histórico o científico. Lo que pretendía con esta evolución era alcanzar una mayor respetabilidad social y prestigio intelectual. De esta manera el escritor costumbrista se transformó en historiador de carácter científico. Desde mediados de 1846 Modesto Lafuente empezó a investigar en los archivos y, desde 1850, comenzó la edición de su monumental Historia de España. Tras la publicación de los diez primeros volúmenes, fue elegido por unanimidad para ingresar en la Real Academia de la Historia, acto que se materializó el 23 de enero de 1853, convirtiéndose en el primer historiador de España. En agosto de ese mismo año el gobierno moderado lo nombró Consejero de Instrucción Pública que aunque este cargo no estaba remunerado le abrió la puerta en la vida política y en los empleos del Estado. Tras la Revolución de 1854, se presentó a las elecciones constituyentes por la Unión Liberal, liderada por  Leopoldo O’Donnell, y obtuvo escaño por León, que conservó hasta su muerte. En 1861 ocupó el cargo de primer vicepresidente del Congreso. Unos años antes, en 1856, fue nombrado director de la recién creada Escuela  Superior de Diplomática y en 1865 formó parte del Consejo de Estado. En los últimos años de su vida recibió numerosas distinciones, como la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica, miembro de la Junta Superior de Archivos y Bibliotecas y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, etc.

Probablemente a propuesta del editor Francisco de Paula Mellado, pero también movido por la necesidad de dar respuesta a ciertas críticas procedentes de algunos historiadores extranjeros no siempre acertadas, Modesto Lafuente decidió escribir una monumental Historia General de España (1850-1867) en seis tomos y treinta volúmenes, que ofreciera una visión superadora de la ya anticuada, aunque meritoria, historia de Juan de Mariana (1600), y que terminó por convertirse en paradigma de la historiografía liberal española del ochocientos. En esta nueva historia España es concebida como una nación unitaria desde los más remotos tiempos y, en consecuencia desde esa visión, contribuyó de forma decisiva a la creación de la conciencia nacional española en la que los designios de la Providencia siempre jugaron un papel determinante. A destacar también que Modesto Lafuente fue el introductor del término “Reconquista”, que comprende el largo período histórico entre la invasión musulmana de la Península Ibérica (711) y la caída del Reino nazarí de Granada, conquistado por los Reyes Católicos (1492).