Álvarez, Adrián

Adrián Álvarez era hijo del escultor Manuel Álvarez y de Isabel Giralte, hermana del también escultor Francisco Giralte. Se conoce su partida de bautismo, por la cual se sabe que fue bautizado en la catedral de Palencia el 17 de marzo de 1551. Durante su juventud trabajó activamente en el taller de su padre, al igual que su hermano mayor Antonio, de manera que alcanzó su independencia muy tarde, al final de la vida de aquél. Estuvo casado con María de Cisneros, quién en 1586, junto a su marido, reclamaba la parte de la herencia que le correspondía de sus padres.

En febrero de 1583, actúa de fiador del contrato de su padre y de Francisco de la Maza del retablo de Francisco Miranda en San Francisco de Valladolid. El 24 de febrero de 1584 contrata junto a su padre un retablo para Juan Delgado en el claustro de la Trinidad de Valladolid. En 1587 vuelve a salir de fiador de Manuel Álvarez en el contrato del retablo y escultura de san Eloy para Nuestra Señora del Val de los plateros de Valladolid. Ese año también recibe un poder de su padre. Su primera mención como escultor independiente data de 1589 al contratar la Piedad de la Cofradía de las Angustias de Tordesillas (Valladolid).

El 8 de julio del mismo año actúa junto a Andrés de Rada en las casas de Esteban Jordán peritando la escultura funeraria de Martín de Vergara. Pusieron varias objeciones a lo ejecutado, pero vuelven a declarar el 17 de junio de 1590 y entonces se muestran más conformes con lo realizado, disculpando los errores existentes.

En 1591 contrata una Asunción desaparecida para la Compañía de Jesús de Santiago de Compostela. La relación de los Álvarez con los jesuitas fue constante a lo largo de su producción. Así, en 1595, contrató el retablo mayor del colegio de San Antonio de Valladolid, hoy parroquia de San Miguel y San Julián, que dejó inacabado a su muerte, en el que colabora probablemente Francisco de Rincón y se documenta al palentino Pedro de Torres. El mismo año inició el retablo mayor del colegio de Medina del Campo, hoy parroquia de Santiago, cuyo ensamblaje corrió a cuenta de Sebastián López. Su presencia en Medina le permitió también contratar la custodia y relicario del altar mayor de la capilla de Alonso de Quintanilla de San Juan de Sardón en la misma población.

Al morir, su viuda hizo inventario de bienes en mayo de 1599, en el que cita varias obras en el taller.

Un retablo de madera y dos bultos de alabastro para el oidor Espinosa en San Agustín; el retablo de san Marcos de San Benito de Valladolid, en el que estaba trabajando desde 1596, que fue acabado por Pedro de Torres en 1601; otro para los franciscanos descalzos de Coca (Segovia), las esculturas de san Esteban, la Virgen con el Niño y santa Águeda empezadas para la parroquia de San Esteban de Valladolid, terminadas por Pedro de la Cuadra, de las que se conserva la última de gran belleza en el Santuario Nacional; el retablo de san Pedro de Torrelobatón, hoy en Noreña (Asturias), que ya estaba prácticamente acabado.

Tiene un elegante y monumental san Pedro, evangelistas y padres de la Iglesia y el Calvario. Los evangelistas se han atribuido a Isaac de Juni, por su fuerte influjo juniano. Las demás son de un elegante manierismo, con los primeros toques naturalistas, que luego pasarán a Rincón. Destaca, asimismo, otro para el colegio agustino de San Gabriel, costeado por Juana Ochoa de Peralta desde 1592. Por último, un crucifijo para un licenciado de Zamora, empezado a labrar y desbastar, que no ha sido identificado.

Adrián Álvarez se forma en el estilo ecléctico de su padre, del que tomará su elegancia y facilidad compositivas, a lo que añade la tendencia romanista de su tiempo, pero con tendencia a los ritmos suaves, con las primeras notas naturalistas. Su labor fue fundamental en la formación de maestros como Pedro de la Cuadra o Francisco de Rincón.