Alonso Casares, Antolín

Acabó el Bachillerato en Valladolid y se trasladó a Madrid donde el ambiente universitario le arrastró a seguir las pautas educativas de la Institución Libre de Enseñanza. Contactó con los  ocupantes de la Residencia de Estudiantes más opuestos a la Dictadura de Primo de Rivera (1923) y aproximándose a las posturas anarquistas. Tras refugiarse entre los allegados de Valladolid, fue detenido y encarcelado en la prisión de Ondarreta (Guipúzcoa). La pena de muerte a la que se le condenó en principio se convirtió en cadena perpetua y más adelante con las disminución de rigor del Régimen acabó en total libertad.

En 1931, con la instauración de la 2ª República, marchó a París para ampliar sus estudios de Filosofía y Letras en La Sorbona. En estos momentos empezó a trabajar en el montaje cinematográfico y como meritorio de dirección (1933-1935). Al terminar la guerra civil regresó a España y realiza la crítica de cine de Radio Nacional colaborando además en revistas falangistas como “Vértice” y “Primer Plano”. En 1941 el Sindicato Nacional del Espectáculo, le concede una beca para realizar estudios de dirección en el extranjero que no llegó a recibir. Por lo que se dedicó a realizar documentales por encargo de la Sección Femenina y del Frente de Juventudes. Dos de estos dedicados a divulgar los campamente masculinos y femeninos, fueron premiados por el Sindicato Vertical en 1942. El titulado “Primavera sevillana” producido por el NO-DO, recibió el Primer premio. Los últimos: “Juventudes Falangistas” y “Aprendices” fueron sus preferidos.

Actuó como ayudante de dirección de Benito Perojo y de Fernando Delgado entre 1942-1943 De ellas “Goyescas” dirigida por el primero en 1942, con Imperio Argentina, Rafael Rivelles y Armando Calvo, hubo que sortear la censura.

No obstante, animado por los profesionales del gremio, se lanzó a la dirección del largometraje “Espronceda” (1945) con argumento suyo y de Eduardo Marquina con un gran r3eparto: Armando Calvo, Amparo Rivelles, María Dolores Pradera, Fernando Fernán Gómez, José María Rodero, Juan Calvo y Conrado San Martín, alcanzando el tercer premio del Sindicato Nacional del Espectáculo a “la mejor película” de 1945. A continuación (1947) y con Alfredo Mayo como protagonista dirigió una nueva versión de “Luis Candelas, el ladrón de Madrid”. En 1948 dirigió  su tercera producción que además escribió y colaboró en la producción: “Una noche en blanco”. La interpretación corrió a cargo de José María Seoane, Luis Peña y Luis Prendes entre otros. No alcanzó el éxito de las anteriores, por lo que “Fernan”, decidió no cargarse en adelante con tantas responsabilidades y desde 1950 actuó en un segundo plano hasta su muerte.