León Hermoso, Francisco

Estudió el bachillerato en el “Instituto Viejo” de Palencia, instalado en el antiguo convento de los Descalzos. Con el título de bachiller, en 1862, pasó a la Universidad de Madrid para cursar la carrera de Derecho. La falta de recursos económicos, le obligó a aceptar un puesto de administrador de fincas en la provincia de Córdoba. Allí aprovechó los ratos libres para el estudio de las ciencias astronómicas y meteorológicas, alcanzando para ello una beca de estudios de la Diputación Provincial de Palencia.

Regresó a Madrid y consiguió formar parte del Observatorio Meteorológico y pocos días antes del ciclón que se desencadenó el 12 de mayo de 1886, escribió un artículo anunciando el fenómeno. Ningún director de periódico quiso publicarlo, tratando con desdén a su arriesgado y desconocido autor. El político líder de los “intregristas”, Ramón Nocedal, al que había conocido en la universidad madrileña, accedió a publicarlos en la sección de “pronósticos” en “El Siglo Futuro”, dándoles la forma de “parte remitido por un astrónomo de Nueva York y firmado con seudónimo. Nocedal le ayudó a barajar las sílabas de sus apellidos hasta conseguir el anagrama “NOHERLESOOM”. El acierto al anunciar el ciclón, proporcionó tanto al autor como al periódico que publicó el vaticinio, una gran popularidad que le permitió seguir al palentino con aquel trabajo.

La supuesta procedencia extranjera del reputado astrónomo, contribuyó a ello. Ello fue lamentado por muchos de los aficionados españoles a la astronomía. Este fue el caso de D. Luís Otero, Jefe de la Escuela del Estado y en el invierno de 1887, cuando el barbero acudió a afeitarle, se llevó una grata sorpresa. Éste era pariente de León Hermoso y al escuchar los laudables comentarios con que el militar se refería al meteorólogo, le dijo, con exultante orgullo, que era su pariente y nacido en la provincia de Palencia. La noticia proporcionó una gran celebridad, al tiempo que algunos le tachaban de pedante y embaucador, otros le consideraban un “profeta” instruido e infalible.

El palentino fundó en 1887 el “Boletín Meteorológico”, que, diez años después, contaba con más de cuatro mil suscriptores tal era el interés que dicha materia infundía en la sociedad de finales de siglo, especialmente en las provincias de Barcelona, Alicante, Ciudad Real y Toledo.

En 1891, “Noherlesoom” fue nombrado socio de la academia de Ciencias de París, lo que le proporcionó las posibilidades de relacionarse con todos los Observatorios del mundo, especialmente con el que fundó León XIII. Todo influyó en la adquisición de información y en la difusión del “Boletín Meteorológico” al que se le adjudicaba una proporción de acierto del 82%.

Esto hizo crecer el número y la intensidad de ataques contra sus “profecías meteorológicas”, por lo que, como desagravio, la prensa local de 1896, se propuso la realización de un homenaje en que se reconociese a “ese hombre de mérito relevante, de estudios y conocimientos superiores a otros muchos”. Quien alentaba esos honores no podía ser otro que D. Ricardo Becerro de Bengoa, impulsor y creador del Observatorio Meteorológico de Palencia en 1880, instalado en la cumbre del Instituto Viejo.

Murió durante una visita al santuario mariano de Lourdes y la Diputación Provincial de Palencia se encargó trasladar sus restos al cementerio de Palencia donde encontró definitivo reposo quien había vivido poseído por la insaciable curiosidad de quienes escrutan y analizan científicamente los misterios de Universo.