Alonso, Francisco

Hijo de Francisco Alonso, de Villamediana. Pintor de brocha gorda hasta los 25 años en que surgió en él la afición a los toros. Debutó como novillero en 1900. Empezó a torear en una compañía de circo, la compañía ecuestre de Dña. Micaela Alegría. El 1894 llegó a Bilbao representando “La feria de Sevilla” con una corrida de toros en la que, vestido de luces, toreaba a un becerro. Cumplió el servicio militar en Cuba a las órdenes de general Sanjurjo, quien le alentaba a que torease hasta su muerte a las reses que mostrasen cierta bravura. A su regreso a España, actuó en todas las plazas del País Vasco, Castilla y León y La Rioja que pudo. Residió en Bilbao, la tierra de su madre y allí se planteó su rivalidad con “Cocherito de Bilbao” que se suponía representaba a los aficionados bizcaitarras (nacionalistas vascos) mientras “Paquiro II” lo hacía a los “maquetos” foráneos. Para sobrevivir entre corrida y corrida regentó la taberna “La Taurina”, al lado de la plaza de toros, en la calle de vista Alegre. Se enamoró de una vecina de Villarcayo, hija de los dueños de la fonda donde se alojó cuando acudió allí a torear. Se casó con ella en diciembre de 1900. En estas fechas aparece junto al negro “Facultades” y “Cocherito de Bilbao” en el coso de vista Alegre. Las cosas no salieron bien y temeroso de no volvel a torear en España, decidió emigrar a Méjico.

Allí, con diferentes suertes,  toreó incluso ante Pancho Villa, alternando las corridas con la representación de otros diestros. En 1923 se le paralizó medio cuerpo, por lo que decidió emigrar a EEUU, con los tres hijos que habían sobrevivido a los seis que tuvo su mujer. El mayor, Julio, instaló una sombrerería. Al menor Francisco, su padre, Paquiro II, le definía como abogado unas veces y como actor de cine, que seguía la estela de la gran figura del cine que fue el hermano mediano Luis Antonio, con el nombre de “Gilbert Roland”. A éste la mayoría de sus biógrafos le suponen nacido en Ciudad járez, Chihuahua    (Méjico) el 11 de diciembre de 1905, aunque su padre insistía en que había nacido en Bilbao en 1901 y por lo tanto era español.  De cualquier manera, los éxitos del artista sirvieron a Paquiro “El cojo”, para que, en sus visitas a  Palencia, se granjease amistades y despertase la admiración  con los relatos sobre su hijo y la exhibición de las extraordinarias corbatas hawaianas que, según él, le regalaba aquel.